
El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, vinculó el crimen del kiosquero en Ramos Mejía a “un sistema que no funciona”, a la vez que aseguró que no es “un problema policial” y dejó una vez más la puerta a una renuncia tras las elecciones del 14 de noviembre.
“Anoche lo primero que hice es fijarme los antecedentes y que del 2014 al 2020 estuvo preso por robo agravado y ahora sale de la cárcel sin seguimiento y a robar con una menor embarazada. No hay seguimiento del Patronato de Liberados”, expresó el funcionario en declaraciones radiales en las que además señaló que entiende “el dolor de un padre y de todos los vecinos porque es terrible pasar por una situación así”, aunque aseguró que no se trató de “una cuestión policial”, sino que «lo que ocurrió en Ramos Mejía fue por un sistema que no funciona y tiene que ver con lo cultural, lo económico y en el concepto de autoridad».
En ese sentido, Berni indicó que “un policía forcejeó con el delincuente a la salida del asalto, un patrullero pasaba por ahí y la policía respondió”, al hacer referencia a que los asaltantes fueron detenidos a los pocos minutos tras protagonizar un raid delictivo que tras el crimen de Sabo incluyó el robo de un auto a un remisero y una moto a un repartidor delivery.
“Tengo toda la energía puesta en materia de seguridad y después de la elección me voy a tomar 24 horas para recapacitar muchas cuestiones políticas en las que tengo diferencias. Renunciar o no renunciar es indistinto, lo que importa es que el Gobierno pueda retomar el rumbo que nosotros quisiéramos que tuviera”, aseguró el titular de la cartera de seguridad.